Algunos ejemplos de cómo los colores pueden afectar nuestras emociones y comportamiento incluyen: El rojo puede aumentar la frecuencia cardíaca y la presión arterial, y puede ser percibido como energizante y estimulante. El azul suele ser percibido como calmante y relajante, y puede reducir la frecuencia cardíaca y la presión arterial. El amarillo puede ser percibido como alegre y energizante, pero también puede ser percibido como agresivo o desagradable si se utiliza en exceso. El verde puede ser per
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